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Solo 420 de toda Lleida han tramitado ayudas europeas que financian hasta el 80%
La rehabilitación energética de viviendas en Lleida con fondos europeos Next Generation se está viendo frenada por el alto coste de las obras y la dificultad de la tramitación de las ayudas. Por ello, solo 420 pisos del conjunto de las comarcas de Lleida han finalizado o tienen en marcha proyectos para reducir el consumo de energía.
Solo 420 viviendas de toda Lleida han finalizado o tienen en marcha proyectos de mejora de la eficiencia energética de sus hogares subvencionados con fondos europeos de uno de los programas Next Generation que se desplegaron a principios de 2022 y han sido prorrogados hasta el próximo junio. “Estamos gestionando menos expedientes de los que preveíamos”, admite el presidente del Colegio de Arquitectos Técnicos de Lleida, Josep Torres. Explica que se han hecho campañas de promoción, pero “no acabamos de llegar a las personas, o no se acaban de decidir”, y detalla que las obras más comunes son aislamientos de fachadas y cubiertas, así como cambios en los sistemas de calefacción y refrigeración o de carpintería y ventanas. De hecho, el Institut Català d’Energia gestiona un programa exclusivo para las ventanas, así como otro para rehabilitaciones en pueblos de menos de 5.000 habitantes.
Por su parte, el presidente territorial del Colegio de Arquitectos, Lluís de la Fuente, valora que alcanzar el 30% de ahorro mínimo que se exige “supone un gasto importante, la tramitación no es nada fácil y falta cultura rehabilitadora”. El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lleida, Lorenzo Viñas, afirma que la toma de la decisión en las comunidades de propietarios conlleva “un proceso lento, de entre 8 y 12 meses como mínimo, y ahora constatamos un crecimiento tremendo”. Destaca que desde hace un par de meses la Generalitat anticipa la subvención durante el transcurso de las obras. Antes, los propietarios debían pagarlas por adelantado. Las viviendas que consiguen un ahorro en su consumo de energías no renovables de entre el 30 y el 45% reciben una subvención máxima del 40% del coste de las obras, con un tope de 6.300 euros por hogar. Las que ahorran entre el 45 y el 60% pueden alcanzar el 65% y 11.600 euros. A partir del 60% de mejora se subvenciona el 80% de los trabajos, con 18.800 euros como máximo. Viñas precisa que la inversión media necesaria para llegar al primer tramo es de 19.100 euros por propietario (el tope cubriría el 32%), para el segundo, de 34.192 (se recuperaría el 33% como máximo) y para el último, de 44.456 euros (el tope cubriría el 42%). “Solo las ventanas pueden costar 7.500 euros”, añade De la Fuente. Asimismo, apunta que la inversión se puede amortizar casi inmediatamente con el 80% de subvención, pero advierte que llegar al 60% de ahorro es difícil y que las reformas suelen implicar obras adicionales no subvencionables. “Son muy exigentes y el proceso de validación es largo”, afirma. Solo 17 de 71 expedientes que tramitan han completado la acreditación para recibir ayudas.
Reducción del consumo en 30 centros educativos
Treinta centros educativos de las comarcas de Lleida también podrán ahorrar energía gracias a la inversión de 9.181.500 euros de Educación, procedentes de fondos europeos Next Generation. Se trata de actuaciones que forman parte del plan director de infraestructuras escolares y que se centran en la sustitución y mejora de elementos constructivos o de instalaciones obsoletas. Los trabajos incluyen, por ejemplo, la renovación de cubiertas, calderas, elementos de carpintería, iluminación e instalaciones, así como la mejora de aislamientos. Este último caso es el del instituto Guindàvols, en el que el pasado noviembre comenzaron las obras para reforzar el aislamiento de la fachada del edificio principal, donde hay despachos y oficinas. Su director explicó ayer que los operarios ya han retirado toda la piedra y el recubrimiento y que los siguientes pasos son rebozar e instalar el aislamiento. Apuntó que los trabajos llevan un retraso de unos dos meses. En el Joan Oró han mejorado la cubierta del pabellón y en verano abordarán la de la sala de actos, para no afectar a las clases. En el Màrius Torres sí han tenido que resituar a estudiantes dentro del mismo centro a causa de las obras de renovación de la cubierta, para sustituirla por otra más sostenible. En la Escola del Treball aprovecharon las vacaciones navideñas para retirar el amianto del tejado.
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