• Instalar una piscina hinchable sin supervisión técnica puede comportar un gran peligro para la seguridad de las personas
  • Se recomienda hacer un estudio previo de la estructura del edificio para evitar cualquier tipo de daño que podría ocasionar el peso de la piscina

 

Barcelona, 7 de julio – Con la llegada del calor, son muchas las personas que colocan piscinas portátiles en sus terrazas o balcones sin tener conciencia de los graves peligros que pueden ocasionar, puesto que la mayoría de los edificios no están preparados para soportar el peso de estos elementos. Por este motivo, el Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lleida (CAFBL) alerta de los riesgos que puede ocasionar la instalación de piscinas hinchables, tanto a las personas como a la estructura de las viviendas.

A pesar de que no hay una ley que prohíbe el uso de las piscinas hinchables, se recomienda que antes de hacer cualquier instalación, se ponga en conocimiento de la comunidad de propietarios. Si la instalación es en la terraza o balcón de uso privativo, el propietario no está obligado a comunicarlo. Pero si se coloca una piscina en la azotea comunitaria, que es un elemento común del edificio, en este caso sí que será necesario tener el permiso de la comunidad de propietarios.

Por otro lado, desde el CAFBL aconsejamos encargar un estudio previo del edificio por parte de un arquitecto o arquitecto técnico para que pueda evaluar los parámetros estructurales y así conocer si el suelo está preparado para aguantar el peso y, por lo tanto, garantizar la seguridad de las personas.

En cuanto al peso, por norma general la estructura de un edificio aguanta una presión de 200 kg/m²; esto equivale a una piscina con 20 cm de agua aproximadamente. Calcular el peso de una piscina es sencillo: 1 litro equivale a 1 kg, de forma que 1m3 de agua pesa unos 1000 kg aproximadamente. Por eso, para que el peso de una piscina no sobrepase los 200 kg/m² de sobrecarga que puede soportar la estructura del edificio, no tendría que tener más de 20 cm de altura.

“La compra de piscinas portátiles se ha disparado desde la pandemia y este verano, a pesar de que ya se puede disfrutar de las piscinas comunitarias sin casi restricciones, el uso de estos elementos hinchables sigue estando de moda, pero nosotros lo desaconsejamos y en caso de que se haga, no olvidar el sentido común y el respeto para el resto de vecinos, evitando ocasionar posibles molestias al vecindario y posibles daños a las instalaciones de la finca”, señala Lorenzo Viñas, gerente del CAFBL.

 

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